29 de enero de 2012

La Casa del Farolero de Cabo Florida (Cape Florida Lighthouse Keeper’s Cottage)

Vista frontal
Junto al faro, en 1825, se construyó una casa para el farolero y su familia, siendo la familia Dubose la primera en vivir en ella. John Dubose era un capitán de la marina que trajo a su esposa Margaret, sus cinco hijos y dos esclavos desde Carolina del Sur, convirtiéndose en los primeros habitantes permanentes del cayo. Los Dubose tuvieron tres hijos más, por lo que la casa sirvió también de escuela siendo sus propios padres los maestros. La familia tuvo que abandonar la zona e irse a Key West en 1836 cuando la Segunda Guerra Seminola se extendió al sur de la Florida. Ese mismo año la casa fue destruida y saqueada cuando los indios atacaron el faro.
Vista lateral y aljibe


Reconstruida en 1847, la casa sirvió a las familias del resto de los faroleros hasta que el faro fuera descontinuado en 1878. La casa estuvo abandonada por casi un siglo y se deterioró grandemente hasta casi desaparecer. En 1967 el estado de la Florida adquirió los terrenos del actual parque y construyó una réplica de la casa siguiendo los planos originales. Esta fue reconstruida tras el paso del huracán Andrew en 1992 y fue reabierta en 1996.   
 Salón en el primer piso
La casa es hoy un museo que puede ser visitado a las mismas horas que el faro. La estructura es sencilla, con dos pisos, las paredes de ladrillos y un pequeño portal al frente. El primer piso tiene dos salones, cada uno con su chimenea. Ambos salones servían a la familia como sala, oficina, aula y comedor. El segundo piso incluye los dormitorios.  Toda la casa está decorada con muebles, cuadros, mapas y accesorios de la época, incluyendo juguetes, lo que nos da una mejor idea de cómo era la vida entonces. La cocina es una construcción separada de madera  que se encuentra al fondo. Más al fondo aún hay un pequeño baño también de madera. A un lado de la casa puede verse un aljibe abierto que almacenada el agua lluvia que caía del techo para su uso. Un camino a través de la vegetación permite el acceso a la costa desde la casa,  donde varios carteles narran la historia del lugar.
Dormitorio en el segundo piso
Bill Baggs State Park: 1200 S. Crandon Blvd, Key Biscayne, FL 33149

Cocina

El Faro de Cabo Florida (Cape Florida Lighthouse)

Vista desde el camino a la casa del farolero
Cabo Florida se le llama al extremo sur de Key Biscayne, que está ubicado dentro del Parque Estatal Bill Baggs (Bill Baggs State Park). El parque, que es un destino bastante popular entre turistas y locales, es también conocido entre los hispanos como “el farito”.  Este  sobrenombre se debe al faro que se levanta en dicho cabo y que es la estructura más antigua que se conserva en el condado Miami-Dade. A pesar de ello, solo unos pocos visitantes del parque se aventuran a explorar el faro y la mayoría se conforma con verlo desde la playa.
El llamado Cabo de Florida comenzó a aparecer en mapas españoles del siglo XVII, aunque su ubicación era inexacta. Aun así, siempre fue un referente para los navegantes ya que sus cercanos arrecifes fueron la causa de innumerables naufragios. Los británicos, que dominaron la Florida entre 1763 y 1783, trazaron varios mapas de sus costas. El topógrafo real británico William Gerard De Brahm ubicó Cape Florida en el extremo sur de Key Biscayne en su mapa de 1765. Otro mapa británico posterior hecho por Bernard Romas, lo nombró Fools Cape o “Cabo de los Tontos”, pero fue el primer nombre el que sobrevivió.
El faro visto desde la costa
En 1825, ya bajo soberanía americana, el gobierno federal compró tres acres en el extremo sur de Key Biscayne para la construcción de una estación militar. En realidad se terminó construyendo un faro de ladrillos de 65 pies de altura diseñado por Noah Humphries. El faro fue iluminado por primara vez el 17 de diciembre de 1825, siendo John Dubose su primer farolero. Dubose y su familia vivieron tranquilamente en una casa que se construyó cerca de la torre.
El faro visto desde su base
Esta tranquilidad fue interrumpida por la Segunda Guerra Seminola en 1836. Dubose,  tuvo que enviar su familia a Key West, cuando varios asentamientos de la zona fueron atacados por los indios. El 23 de julio de 1836 el faro fue atacado mientras en el mismo se encontraba el farolero asistente John Thompson y su ayudante Aaron Carter. Estos se refugiaron en la torre, pero esta ardió al incendiarse el depósito de aceite de la linterna. Gravemente heridos a causa de los disparos y quemaduras, lograron llegar a lo más alto del faro donde Carter moriría y Thompson fue dado por muerto hasta que fuera rescatado días después por dos navíos de la marina. Ocupado por el ejecito en 1838, el faro y sus alrededores sirvieron como fuerte, que luego sería mudado a la orilla norte del Río Miami llamándosele Fort Dallas.
El faro fue reconstruido con ladrillos traídos de Boston y comenzó a operar nuevamente en 1847. En 1855, se aumentó su altura a los 95 pies actuales, el rediseño de la torre estuvo a cargo de Leonard Hammand. El año siguiente se le incorporó un lente Fresnel que incrementó el alcance de  su luz. Durante la Guerra Civil en 1861, simpatizantes sureños lograron romper el lente y la lampara para inutilizar el servicio y así afectar a la marina del norte que controlaba el área. Reparado nuevamente en 1866, el faro estuvo en servicio hasta 1878 en que fuera sustituido por el Faro de las Rocas Fowey (Fowey Rocks Light) ubicado 6 millas mar afuera. El gobierno mantuvo la propiedad sobre el faro y los terrenos hasta que en 1903 fueran comprados de vuelta por William S. Davis, descendiente de la familia que originalmente vendiera los terrenos.
La linterna
Davis a su vez vendió la propiedad a James Deering en 1913, el cual usaría el área como un lugar de paseo. Mientras tanto el faro estaba abandonado y en mal estado, especialmente porque la erosión de la playa amenazaba la estabilidad de la estructura. Deering comenzó a controlar la erosión con sacos de arena y una pequeña estructura de concreto. El estado de la Florida adquirió los terrenos de Cabo Florida en 1967 evitando que la creciente urbanización de Key Biscayne llegara hasta el cabo. El faro fue reconstruido en 1970 y luego después del huracán Andrew en 1992.
La playa vista desde el balcón

El terreno alrededor del faro esta cercado pero puede ser visitado de jueves a lunes entre las 10 de mañana y la 1 de la tarde. La entrada está incluida en el precio de entrada al parque. Al faro se llega por un camino de concreto rodeado de cocoteros y a la torre se accede por la puerta original de hierro. La escalera, también de hierro y que fuera incorporada en 1855,  tiene 119 escalones en espiral. Siguiendo la escalera se puede subir al balcón primero y luego a la linterna, que aunque esté inactiva es una oportunidad única. Lo mejor de la visita es salir al balcón el cual ofrece una vista inigualable del parque, el cayo, la ciudad a lo lejos y el inmenso océano.

Bill Baggs State Park: 1200 S. Crandon Blvd, Key Biscayne, FL 33149

27 de enero de 2012

Suburbios vs. Centros Urbanos

En el artículo “The City Solution”, publicado por la revista National Geographic en su número de diciembre de 2011, Robert Kunzig hace un análisis de cómo las ciudades modernas enfrentan el crecimiento desmedido de su población. El articulista parte de la idea de que el crecimiento de las ciudades no se puede detener y que todos los esfuerzos por hacerlo han fallado. El debate sigue estando entre el crecimiento horizontal y el vertical, o sea entre los centros urbanos y los suburbios. Según el artículo, el crecimiento hacia los suburbios es proporcional al crecimiento en ingresos ya que, en la medida en que se tiene un mayor poder adquisitivo, se compra un mayor espacio y se puede pagar más por el transporte. Esta ha sido la tendencia de las ciudades americanas desde inicios del siglo XX aunque, el artículo también apunta, existe una tendencia entre los urbanizadores actuales a regresar a los centros urbanos donde se combine residencia, comercio y trabajo.      
Brickell durante el boom de la construcción  en el 2007
Miami es un ejemplo clásico de crecimiento hacia los suburbios, desde el primer boom de la vivienda en los 1920s hasta el último en los 2000s. Como tantas ciudades semejantes, se diseñó en función de los autos y fue creciendo, un suburbio tras otro, hasta llegar casi a los límites de las tierras disponibles. Las consecuencias las conocemos bien: largas distancias y un tráfico infernal en las horas pico. Sin embargo parece que algunos urbanizadores, ya casi al final del último boom, tuvieron otra idea que se materializó en el Distrito Financiero en Brickell. En esta zona se ha logrado la combinación de residencias, oficinas e infinidad de comercios en un espacio de varias manzanas. Esto permite vivir, trabajar, comprar e incluso salir a cenar  en la misma área sin tener que montarse en un auto, algo prácticamente imposible en el resto de la ciudad. El éxito de Brickell está en haber concentrado esta combinación en un área en la que se puede ir caminando a todo. Lo que hasta hace poco era una zona de oficinas, se ha convertido en unos de los rincones más concurridos de la ciudad tanto de día como de noche. 
La propuesta es interesante y pudiera extenderse a otras áreas a las que les falta algún ingrediente de la combinación. Hay zonas que tienen la vida comercial diurna y nocturna pero a las que les falta la infraestructura residencial a la mano como Coconut Grove, el Design District o el área de Sunset Place. En otras áreas se construyó el espacio residencial de edificios pero lo comercial no brinda aún muchas opciones como en Dadeland, Downtown o en algunas zonas de edificios en Coral Way al este de la 37 avenida. La idea tiene aún muchos críticos y los suburbios tienen aún mucha demanda. Pero en este modelo pudiera estar la fórmula para enfrentar el crecimiento de Miami de forma eficiente.    

22 de enero de 2012

Centenario del Ferrocarril a Key West


Antiguo puente del ferrocarril en Bahia Honda

Hoy 22 de enero se cumplen 100 años de la llegada del ferrocarril a Key West. La extensión del Florida East Coast Railway hacia los cayos, conocida como Florida Overseas Railroad, fue la obra cumbre de Henry M. Flagler ya casi el final de su vida. De esta forma, Flagler terminó de abrir la costa este de la Florida al resto del país. Siguiendo las vías del tren, vinieron miles de personas que se asentaron en las nuevas ciudades que fueron surgiendo en lo que entonces se conocía como “la última frontera de America”.
Flagler pensó que con la extensión del ferrocarril, Key West se convertiría en un importante puerto comercial por su cercanía a la recién independizada Cuba y al recién terminado Canal de Panamá. Las 150 millas de líneas y puentes, que conectaron la península con los cayos, son aún objeto de debate. Fue una obra celebrada por la prensa como “la octava maravilla del mundo”, comparándola en importancia al canal. Todavía se cita como un ejemplo del progreso y la voluntad del hombre sobre la naturaleza. Para algunos, sin embargo, fue un desastre ecológico y laboral que costó la vida a 140 de los cuatro mil trabajadores que intervinieron en la obra. Para otros, un fracaso financiero que dejó a la compañía en tan mala situación que tuvo que abandonar el ferrocarril cuando este fue dañado por un fuerte huracán en 1935.
Sin embargo, el tren cambió a los cayos y a todo el sur de la Florida para siempre, convirtiendo a la región en un importante destino turístico. Al ferrocarril y a sus lugares más significativos regresaremos desde este blog.

Los Manglares de Deering

Antiguo sendero trazado por Deering

Actual camino de madera elevado (broadwalk)
Originalmente toda la costa del sur de la Florida, excluyendo las playas, estaba llena de manglares. Estos fueron desapareciendo en la medida en que surgieron nuevos asentamientos a la orilla del mar, como Miami y Coconut Grove. Más al sur, donde se fundara Cutler hacia 1884, también desapareció una franja de manglares para poder acceder por mar al poblado. Cuando Charles Deering compró los terrenos que ocupara el pueblo hacia 1916, decidió conservar un área de manglares que se extendía por más de dos millas hacia el norte de la propiedad. La familia Deering mantuvo esta área como parte de su propiedad por más de 50 años, sobreviviendo a los avances hacia la costa de urbanizaciones vecinas como Coral Gables y Cutler Ridge.

Vista del manglar
Hoy estos manglares son un área protegida, parte del parque que incluye toda la propiedad Deering. Son accesibles a través de un camino de madera, algo elevado para preservar el suelo, que se extiende por una milla permitiendo ver los manglares cercamos a la costa de un lado y del otro los que se extienden tierra adentro. El camino sigue un sendero de piedras, trazado originalmente por Deering, que aun puede verse. 

El arroyo de agua dulce Cutler Creek
El manglar es además un muestrario de fauna local, donde pueden encontrarse especies como el cangrejo violinista, el cangrejo de manglar y otros moluscos. El mangle cercano a la bahía sirve de refugio para pequeños pargos, róbalos y otros peces. Gran variedad de garzas, pelícanos y gaviotas abundan en la zona. Las mariposas pueden llamar la atención. Pero sin dudas las arañas (nephilia clavipes), que tejen sus redes entre las ramas de mangle al lado del camino, son los animales más populares entre visitantes y fotógrafos.

Desembocadura del Cutler Creek en la bahía Biscayne
Al final, un pequeño puente atraviesa el arroyo conocido como Cutler Creek. Este era parte del Cutler Slough, una corriente de agua dulce que servía como aliviadero natural a los Everglades, desembocando en la bahía. A finales del siglo XIX, colonos que buscaban desecar zonas pantanosas tierra adentro para la agricultura, ensancharon el arroyo con dinamita para acelerar el flujo de agua. A mediados del siglo XX  una serie de canales fueron construidos para evitar las inundaciones de las crecientes urbanizaciones.  Específicamente el vecino canal C-100, cortó el agua dulce al Cutler Creek, el cual fue invadido por el agua salada de la bahía. El restablecimiento de esta corriente de agua dulce es hoy parte del Plan Integral de Restauración de los Everglades (Everglades Comprehensive Restoration Plan).
  
Deering Estate at Cutler: 16701 SW 72nd Avenue, Miami, FL 33157

21 de enero de 2012

La Casa de Piedra de Deering (Stone House)

Vista frontal desde la bahía
Charles Deering había comprado el antiguo hospital de San Joan y varias viviendas de pescadores en la ciudad costera de Stiges, al sur de Barcelona. Las casas fueron demolidas y en su lugar se construyó un palacio en 1910, el cual lleva el nombre de Palacio Maricel (Palau Maricel). El hospital fue transformado en el Museo Maricel (Museu Maricel), donde Deering expuso su extensa colección de arte. Además, Deering compró el castillo románico de Tamarit en Tarragona, construido en el siglo II, el cual se propuso restaurar. 
Vista lateral

En 1921, Deering, que ya tenía 69 años, decide mudarse definitivamente para la propiedad que había adquirido como residencia de invierno en el sur de la Florida. Para ello ordenó la construcción de una casa estilo mediterráneo, con la idea de evocar sus propiedades catalanas. La casa fue diseñada por el arquitecto Phineas E. Paist, quien había colaborado en la construcción de Villa Vizcaya en Coconut Grove, propiedad de James Deering, medio hermano de Charles. Paist se convertiría en un maestro del estilo, diseñando muchos de los edificios principales de Coral Gables y la Corte Federal de Miami.

Entrada principal

La casa fue construida con paredes de concreto reforzado de 18 pulgadas de ancho enchapadas en piedra para imitar las del castillo de Tamarit. Esto provocó que fuera conocida como la Casa de Piedra (Stone House). La influencia mediterránea puede verse en los arcos de las ventanas, las columnas, tejas y puertas. Otros detalles ornamentales como las rejas de las ventanas y la veleta en el techo parecieran haber sido traídos por Deering de alguna propiedad en España. Hay que señalar que el estilo mediterráneo de esta casa es más austero que el de otras viviendas del mismo estilo construidas en la Florida en la época.

Gran salón del primer piso
Esta fue la sede de gran parte de la colección de arte de Deering la cual fuera prestada por este al Instituto de Arte de Chicago, al que fuera donada por sus herederos tras su muerte. La familia preservó otras obras, algunas de las cuales fueron donadas en 1999 para mantenerlas en la casa para su reapertura luego de la restauración tras los daños provocados por el huracán Andrew.

El primer piso es ocupado por un gran salón en el cual llama la atención la obra “Procesión del Miércoles de Ceniza en Barcelona” del pintor catalán Ramón Casas Carbó, una de las piezas de la colección de Deering. Al otro lado del salón está la biblioteca la que incluye muchos de los volúmenes originales. Una pequeña despensa ocupa el resto del piso.
Bodega de vinos en el sótano

Una escalera pequeña lleva al sótano, en el cual está la bodega de vinos. Como la casa se construyó en plena Ley Seca, Deering aseguró su colección de  vinos, champagnes y licores finos con una puerta metálica de caja fuerte, la cual ocultó detrás de un armario. Olvidada por años, la bodega se inundó con el paso del huracán de 1945. La puerta se oxidó y estuvo cerrada hasta que, funcionarios del estado de Florida, lograron abrirla en 1985 descubriendo más de cinco mil botellas arruinadas por el salitre y la humedad. La bodega también fue reconstruida después de 1992 y hoy puede ser visitada.

Estudio en el segundo piso
Al segundo piso se accede por la escalera o por un elevador Otis de la época. Arriba podemos encontrar el estudio, baño y dormitorio del Sr. Deering, donde este muriera en 1927. Una terraza con vista a la bahía es accesible desde esta habitación. Al otro lado están el dormitorio y baño de la Sra. Deering, un cuarto de huéspedes y un salón pequeño. El tercer piso, originalmente destinado a los sirvientes y a almacén, hoy alberga las oficinas del parque. 
Es significativo que la casa no tiene cocina. Se dice que Deering prefirió mantener la cocina en la adyacente Casa Richmond para evitar que algún accidente o incendio arruinara su colección de arte. Ambas casas están conectadas por un pasillo cubierto del mismo estilo que la casa.







La Casa Richmond (Richmond Cottage)


Vista frontal desde la bahía
Samuel H. Richmond, un topógrafo que trabajaba para el ferrocarril (Florida Eastcoast Railway), comenzó a construirla en 1896. La estructura original de madera era muy simple, tenía forma rectangular y dos pisos. En 1900, Richmond amplió la casa agregándole otra estructura de tres pisos en forma de T en la parte delantera. Esta ampliación permitió convertir la casa en hotel, llegando a ser el único entre Miami y Key West. El hotel fue muy exitoso, recibiendo a visitantes como Henry Flagler, James Ingraham y Wilford Focht, todos relacionados con la expansión del ferrocarril y nuevos asentamientos hacia el sur. Llegó a ser la edificación más importante del poblado de Cutler, teniendo el único teléfono en el área. 














Vista lateral y escalera exterior

El hotel cerró en 1908, tras la decadencia que siguió al paso del ferrocarril por el vecino asentamiento de Perrine. No fue hasta 1916 en que Charles Deering compró la casa y sus alrededores, decidiendo que esta sería la única estructura que preservaría como su futura residencia de invierno.

La funcionalidad y ubicación del inmueble fue lo decidió a Deering a renovarlo. Dicha renovación le dio a la casa su apariencia actual y la dotó de electricidad y agua corriente. Deering pasó sus inviernos aquí, hasta que en 1922 construyera otra casa adyacente, la cual se conocería como la Casa de Piedra (Stone House). La Casa Richmond  se mantuvo como comedor y cocina de la familia.
Vista posterior donde se ve la estructura construida en 1896
 
 
Fue muy bien mantenida por más de 70 años hasta que en 1992 el huracán Andrew la devastó casi por completo. Olas de más de 16,6 pies de altura arrasaron la costa y destruyeron por completo la parte delantera de la casa dañando grandemente el resto. Tras una restauración de 8 años, la casa recuperó su esplendor anterior.

Vista desde el mar, tiene un estilo muy semejante a las casas de descanso de las costas de New England. Este estilo, que incluye las  barandas, cornisas y columnas, se debe a la restauración de 1916. La estructura sigue siendo totalmente de madera, específicamente del llamado pino del condado de Dade, la mayor de la cual es la original. Un portal en forma de U se extiende a la parte delantera de los dos primeros pisos y está protegido de los insectos por una malla. Hacia el fondo, la casa mantiene la estructura rectangular y el techo a dos aguas con que fuera construida en 1896.

Detalle del techo
El primer piso incluye  dos salones, uno de los cuales fuera la sala de recepción del hotel. Un corredor lleva a la pequeña sala de desayuno, seguida del amplio comedor, la despensa del mayordomo y finalmente la cocina. Una escalera de madera permite subir al segundo piso que incluye los dormitorios y baño de los Deering. Un estrecho pasillo lleva a los dormitorios y baño de los sirvientes y a un pequeño estudio. Otra escalera, mas pequeña aun, era utilizada por los sirvientes para bajar directamente a la cocina. El tercer piso, que era ocupado por las habitaciones de huéspedes, ahora incluye las oficinas de la Fundación Deering Estate, entidad a cargo de la preservación la propiedad.
Escalera que sobreviviera intacta al huracán Andrew

Nada iguala la vista de la bahía que se aprecia desde el balcón del segundo piso. Solo sentándose y disfrutando de la tranquilidad de sus aguas, el visitante logra entender qué fue lo que atrajo a Deering a establecerse allí definitivamente.



La Mansión Deering en Cutler (Deering Estate at Cutler)

Más que una mansión es una propiedad de 444 acres que ocupa una franja de costa frente a la Bahía Biscayne a la altura de la calle 167 del suroeste. La que fuera la residencia de invierno del magnate Charles Deering, es un espacio donde se mezclan historia, ecología, conservación, arte y actividades al aire libre. 

Entrada Principal
De los “Grandes Terrenos de Caza” al poblado de Cutler

Excavaciones arqueológicas han evidenciado que los indios tequesta fueron los primeros habitantes de la zona hasta que, en 1763, los pocos sobrevivientes de esa  tribu fueran llevados por los españoles a Cuba cuando estos cedieron la Florida a los británicos a cambio de La Habana. 
 El área estuvo despoblada por casi un siglo, aunque los seminolas la utilizaban como zona de caza dándole el nombre de “Grandes Terrenos de Caza” (Big Hunting Grounds). Por  aquel entonces era  un área totalmente boscosa, cubierta principalmente de pino ellioti, también conocido como pino del condado Dade. En la misma abundaban venados, mapaches, patos, codornices y pavos salvajes. En 1838 toda el área y sus alrededores fueron cedidas por el congreso federal al botanista Dr. Henry Perrine para la siembra de plantas tropicales. Sin embargo, ya entrada la segunda mitad del siglo todos los intentos de crear un asentamiento permanente habían fallado.
Se dice que en 1864 John y Mary Addison fueron los primeros pobladores permanentes del área. En 1883, un médico de Boston llamado William C. Cutler compró unos 600 acres por un total del $750 con la idea de crear un asentamiento dedicado a la agricultura. Cutler logró convencer a su amigo William Fuzzard y a otras familias de mudarse al área. Fue Fuzzard el que construyó la primera casa de madera y despejó la maleza, trazando un camino de 4,5 millas hacia el norte, hoy conocido como Old Cutler Road. Unas 75 personas vivían en el asentamiento cuando la primera oficina de correos fue abierta  en 1884, tomando el nombre de Cutler, en honor a su fundador.

Jardines y camino principal
El poblado llegó a su máximo esplendor hacia 1900 teniendo una escuela, un hotel, un aserradero, una iglesia, tres muelles de pesca y dos tiendas. Sin embargo, cuando Henry Flagler extendió el Florida Eastcoast Railway hacia el sur de Miami, decidió que el ferrocarril pasaría varias millas más al oeste, paralelo a lo que hoy es la carretera US1. El ferrocarril provocó la ruina del pueblo y hacia 1905, la mayor parte de sus pobladores se habían mudado hacia otros asentamientos conectados por el mismo, como al vecino Perrine o a la naciente ciudad de Miami.

La era Deering


Fue a este pueblo fantasma al que llegó Charles Deering en 1913 y comenzó a comprar lo que quedaba del asentamiento. Deering era un magnate de la industria de la mecanización agrícola de Chicago que buscaba afanosamente el terreno ideal para construir su residencia de invierno. Ya su medio hermano James estaba terminando de construir la suya, un palacio en Coconut Grove, al cual nombraría Villa Vizcaya.

La cochera (Carriage House) y bomba de gasolina
Deering decidió preservar el hotel, conocido como la Casa Richmond (Richmond Cottage) y demolió el resto de las construcciones que quedaban. Hacia 1916, ya la casa estaba restaurada y otras construcciones fueron agregadas, como la planta eléctrica (Power House) y la bomba de agua (Pump House), para suplir la carencia de electricidad y agua corriente en la casa. Una cochera (Carriage House) también fue construida que servía a la vez como garaje y bomba de gasolina.

En 1918, Deering construyó una dársena de concreto en forma de bolsa donde podía fondear su yate “Tamarit” y su bote “Barbee”. Alrededor de la dársena y a un lado del jardín adyacente se sembraron palmas reales,  trasplantadas tal vez de Cuba, y que hoy forman uno de los palmares más hermosos de Miami.  La propiedad se delimitó con una cerca de piedra que aún puede verse a los largo de la avenida 72 del suroeste.
Dársena, palmar y vista de la bahía
Para 1922 ya se había terminado de construir una casa de estilo mediterráneo, conocida como la Casa de Piedra (Stone House), a la cual Deering se mudaría definitivamente. Sin embargo, pudo disfrutar poco tiempo de su residencia ya que moriría en la misma en 1927. La propiedad quedó en manos de sus herederos  por más de 50 años hasta que fuera adquirida por el estado de Florida y el condado Miami-Dade en 1985 y abierta al público. La misma fue puesta a prueba por la naturaleza cuando el huracán Andrew desbastó el área en 1992. La consiguiente restauración, que concluyera en 1999, le devolvió a la propiedad el esplendor de la década de 1920.
Las dos casas principales
Hoy el parque  es sede de festivales, proyectos culturales, excursiones ecológicas, bodas, conciertos, campamentos de verano, conferencias  y otros eventos. Ambas casas principales se conservan como museos.
Les propongo un recorrido por cada una de ellas


Deering Estate at Cutler:
16701 SW 72nd Avenue, Miami, FL 33157

19 de enero de 2012

Descubriendo Miami

Cuando en Miami se habla de explorar y descubrir nuevos lugares siempre pensamos en montarnos en un avión o en lanzarnos por carretera a la inmensidad del continente. Tal pareciera que lo local no cuenta. El sur de la Florida es para muchos solamente un balneario tropical.  Un lugar donde hace calor todo el año y los únicos lugares que vale la pena visitar son las playas, los centros comerciales y los  clubes nocturnos. Para otros es una zona demasiado suburbana, sin historia, con pocas opciones y sin lugares interesantes que visitar más allá de lo tradicionalmente turístico.
Es que la prisa con que vivimos no nos deja mirar a nuestro alrededor. Cada rincón tiene algo que contar y ofrecernos a todos. La creencia de que Miami no tiene historia y de que, en una ciudad de poco más de un siglo, no hay mucho que conocer es totalmente falsa.
Este blog es una crónica de muchos recorridos por espacios interesantes del sur de la Florida y sus alrededores. Sirvan estas páginas para que locales y visitantes se animen a descubrir más a fondo esta franja de tierra que se extiende entre el Océano Atlántico y los Everglades.