26 de septiembre de 2012

El Instituto San Carlos. Parte 2: El Edificio

Fachada del Instituto San Carlos
El Instituto San Carlos es un de los pocos ejemplos de arquitectura cubana en la Florida. En 1923 el presidente Alfredo Zayas encargó su diseño al arquitecto Francisco Centurión y Maceo. El mismo había diseñado el pabellón de Cuba en la Exposición Internacional Panamá-Pacifico celebrada en San Francisco en 1915. Centurión se inspiró en varios edificios públicos cubanos, específicamente en el Palacio de los Capitanes Generales. Muchos elementos del barroco cubano se pueden ver en el San Carlos como las ventanas, cornisas y columnas. La idea era que el edificio fuera, arquitectónicamente, una representación de la cultura cubana. Imaginemos el impacto del edificio en la época, cuando la mayoría de las construcciones en el sur de la Florida eran todavía de madera.
Escudo de Cuba



Detalle del arco del portal
















Mural de Carlos Manuel de Cespedes
El visitante no puede dejar de observar la fachada del edificio con calma. La mejor vista es desde la acera del frente. Es en la fachada donde mejor se ve la complejidad del diseño y los elementos del barroco cubano. En la parte superior puede verse el escudo de Cuba y en la parte superior del arco central del portal hay otra especie de escudo. En el portal hay una lapida de mármol que recuerda la inauguración del edificio en 1924 donde dice que la primera piedra fue traída de las ruinas del ingenio La Demajagua.

El interior tiene un corredor central con pisos y mosaicos traídos de Cuba. En las paredes pueden verse cuadros de varios patriotas cubanos, incluido un gran mural de Carlos Manuel de Céspedes. En un salón del primer piso se exhiben varios objetos de las guerras de independencia y otros vinculados a José Martí. Al final del pasillo está la estatua de mármol de Martí, obra del escultor Manuel Carbonell. También hay una estatua de bronce del Padre Félix Varela, obra del escultor Gay García. Al fondo se accede al teatro con capacidad para 360 personas.
Escalera








La escalera, también de mármol y mosaicos, está al centro del edificio y da acceso al segundo piso. Arriba hay un gran salón para eventos, donde se exhiben una serie de retratos de los presidentes constitucionales de Cuba de 1902 a 1952. En este piso también está la biblioteca y un pequeño salón con una impresionante exhibición de fotos y objetos ligados a la odisea de los balseros durante los años 1990s.
La visita al San Carlos no puede faltar en un recorrido por Key West. Es una oportunidad única de conectar directamente con la historia y la arquitectura de Cuba.
Vista general del primer piso
 














Interior del teatro

San Carlos Institute: 51 Duval St. Key West FL 33040

15 de septiembre de 2012

El Instituto San Carlos. Parte 1: La Historia

Vista de la fachada
A cualquiera que camine por la Calle Duval de Key West le llama la atención un edificio que parece transplantado de una calle de La Habana o de cualquier otra ciudad cubana. Si el caminante es cubano, probablemente sabe que es el Instituto San Carlos, un lugar ligado a la historia de Cuba desde hace más de un siglo.
 
Durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878) miles de cubanos buscaron refugio en Key West, entonces la ciudad más grande del sur de la Florida. En el cayo ya existía un gran número de tabaquerías donde la mayoría de los cubanos encontraron trabajo. En 1871, Juan María Reyes y José Dolores Poyo decidieron crear un instituto dedicado a la enseñanza y a promover la cultura y el patriotismo cubano. Los fondos provinieron de las donaciones que los tabaqueros hacían de su salario. El instituto tuvo su primera sede en un edificio de madera de dos pisos en la Calle Ann. Fue nombrado San Carlos en honor al Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, donde varios patriotas cubanos habían estudiado y donde había enseñado, entre otros, el Padre Félix Varela.

Estatua de José Martí

Las clases en el instituto eran en inglés y en español, siendo una de las primeras escuelas bilingües de los Estados Unidos. La sede cambió varias veces hasta que en 1890 se mudara a la Calle Duval, después de que un incendio destruyera la anterior en 1886. Tal vez el pasaje más conocido de la historia del Instituto San Carlos es la visita de José Martí en enero de 1892 donde le habló a una multitud de exiliados que se reunieron para escucharle. Martí tenía un gran apoyo en Key West donde trabajó en la creación de las bases del Partido Revolucionario Cubano.
El instituto continuó abierto hasta que un huracán lo destruyera en 1919. Una comisión del instituto viajó entonces a La Habana y logró que el gobierno de la República de Cuba financiara la reconstrucción con ochenta mil dólares. De Cuba también vino el diseño del arquitecto Francisco Centurión y Maceo y muchos de los materiales que se usaron. Fue así que se inauguró el edificio actual el 10 de octubre de 1924.  La escuela siguió funcionando por más de 25 años. Los problemas comenzaron cuando, después de 1959, se acabó la asistencia financiera que daba el gobierno de Cuba. El edificio comenzó a deteriorarse por falta de mantenimiento y tuvo que cerrar en 1973. Un derrumbe en la fachada en 1981, donde un turista resultó herido, casi provoca la demolición.


Lápida conmemorativa de la inauguración del edificio



El San Carlos fue salvado gracias al trabajo de un grupo de exiliados cubanos de Miami y Key West liderados por el abogado Rafael Peñalver que lograron recaudar más de tres millones de dólares de parte del estado de la Florida y de donantes privados. Durante la restauración  se repusieron mosaicos y losas, logrando que el edificio luciera tal como fue construido. También se incorporaron las estatuas y los cuadros que vemos hoy. El edificio restaurado abrió sus puertas el 4 de enero de 1992, exactamente cien años después de ser visitado por José Martí.
 
En la próxima entrega, les invito a recorrer este edificio, único en la Florida.

Estatua del Padre Félix Varela













San Carlos Institute: 51 Duval St. Key West FL 33040
 




8 de septiembre de 2012

400 Años de la Virgen de la Caridad

Mural de la Hermita de la Caridad
Llegué a la Hermita de la Caridad, como tantos otros, cuando hacía menos de un día que había arrivado a Miami. Sin apartar la vista del famoso mural con la historia de Cuba, agradecí que todo hubiera salido bien, después de tantas peripecias pasadas. Debe haber sido la misma sensación que han sentido otros miles de cubanos la primera vez que entraron al lugar más cubano de Miami.

Entender la devoción a la Virgen de la Caridad es como entender la identidad nacional cubana. Basta con haber ido a El Cobre, o estar en una misa un 8 de Septiembre en medio de un apagón, o salir en la primera procesión permitida después de casi 40 años o sentarse en el malecón de la Hermita un domingo para entenderlo. Es algo que no puede borrar ni la distancia, ni un sistema político, ni la puerta cerrada de una iglesia.

400 años después de que la imagen fuera encontrada flotando en la Bahía de Nipe, los cubanos debemos estar agradecidos de que hay algo que nos une más allá de todo lo que nos separa.