4 de mayo de 2014

El Museo de Arte “Pérez” de Miami

El Museo de Arte “Pérez” no solo es el más moderno de Miami sino el más controversial. La controversia viene desde que comenzaron los trabajos de construcción en 2010 y el financiamiento de la obra fue a la boleta en las elecciones ya que el condado Miami-Dade financió gran parte con un bono de la deuda pública. A esto le siguió el nombre, tras la donación que hiciera el magnate de la construcción Jorge M. Pérez. A muchos les molestó que el museo, financiado en su mayor parte con fondos públicos, y construido en un terreno que es propiedad de la ciudad, llevara el nombre de un donante privado. Por si fuera poco en febrero,  a solo dos meses de su apretura, un artista local rompió un jarrón obra del artista chino Ai Weiwei y valorado en un millón de dólares, en protesta porque no se exponían a los artistas locales.
Vista frontal del edificio
 
 El museo tiene su antecedente en el Centro de Bellas Artes (Center for the Fine Arts) de 1982 hasta 1996 luego llamado Museo de Arte de Miami (Miami Art Museum) de 1996 hasta el 2013. Este estaba ubicado en el Centro Cultural de Miami-Dade en la Calle Flagler en el downtown, como parte del complejo que comparte el museo de historia (History Miami) con la biblioteca pública principal (Miami-Dade Public Library). El edificio actual se construyó en los terrenos del antiguo Parque del Bicentenario (Bicentennial Park) frente la Bahía Biscayne. Es parte de un complejo, todavía en construcción, que incluye el Museo de Ciencias y un parque (Museum Park). El resto del conjunto debe estar terminado para el 2015.
Jardines colgantes
 
 
El edificio, diseñado por los suizos Herzog y De Meuron, es una maravilla de la arquitectura contemporánea. Con líneas simples, que recuerdan en algo al estilo orgánico de Frank Lloyd Wright, se combina perfectamente el inmueble con los jardines, el paisaje y la bahía. Con mucha amplitud en sus espacios exteriores en cuanto a terrazas, pasillos, escaleras lo que hace que el calor, típico de Miami, apenas se sienta. Los jardines colgantes verticales son otra maravilla al haber logrado hacerlos con plantas locales, en un diseño también único en esta ciudad. Una gran escalinata de concreto baja desde la terraza posterior hasta la orilla de la bahía lo cual le permite al visitante sentarse a contemplar una de las mejores vistas de Miami. En el diseño interior se usa mucho la madera y la iluminación natural con grandes ventanas.
Sin embargo tengo que decir que la colección permanente del museo deja mucho que desear para un edificio tan bueno. En el diseño interior parece que se le dio más importancia a los espacios sociales que a las exhibiciones. El primer piso está ocupado casi completamente por el lobby, la tienda, un restaurante y un auditorio-teatro. El espacio de exhibición en este piso se limita a dos pequeñas salas. Los asientos del auditorio-teatro van subiendo hasta el segundo piso. Es en este donde hay más salas de exhibición pero cuando uno termina de recorrerlas, se queda con ganas de seguir y ya no hay más. El tercer piso solo está ocupado por aulas y oficinas.
"Para aquellos que peligran en la mar" obra de Hew Locke en el lobby del museo
En los pocos meses que lleva abierto han pasado buenas exposiciones temporales (Weiwei, Amelia Peláez, arte de Haití) pero la ciudad se merece una mejor y más variada colección permanente. Si bien no es el único museo de arte en el área de Miami, este es el más visible, el mejor situado y por tanto el más visitado. La mayoría de la obras son muy contemporáneas no dejando casi nada a estilos anteriores. Es cierto que carece mucho de artistas locales y de una panorámica de la historia del arte en el sur de la Florida, que ha sido hogar de importantes artistas por más de un siglo. En un recorrido por las galerías privadas de cualquiera de los circuitos de arte de la ciudad, se pueden apreciar mejores y más variadas obras. Un espacio así debe ofrecerle más a los niños, estudiantes de arte y a los vecinos de Miami-Dade que financiaron parte de la obra. Si se compara con museos semejantes en otras grandes ciudades, se le dará la razón a los que dicen que Miami no es aún una plaza a tomar en serio en las artes.
"El tren de la palma" del pintor cubano Carlos Enriquez
En mi opinión el museo, a pesar de su magnífica arquitectura, fue diseñado en función de los eventos sociales que allí se hacen. Cocteles, recaudaciones de fondos, subastas y fiestas parecen ser lo que perfectamente cabe en los espacios exteriores. No es que estén mal estos eventos pero el público amante de las artes debe tener más que ver en un museo que pretende representar a una ciudad de más de dos millones de habitantes. Esperemos que los directores y curadores se den cuenta y amplíen la colección.  Mientras tanto, vale la pena darse una vuelta, al menos por el edificio.
Perez Art Museum Miami: 1103 Biscayne Blvd. Miami, FL 33132
 
Vista lateral de la terraza

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